Los microplásticos:
un drama ambiental que acaba en nuestro plato
"Microplástico", fue elegida la palabra del año 2018 por la Fundación del Español Urgente.
Los microplásticos son pequeños fragmentos de plástico, menores de cinco milímetros, que se fabricaron ya con ese tamaño para ser empleados en productos de limpieza e higiene, o bien se han fragmentado de un plástico mayor, bolsas de la compra u otros envases, durante su proceso de descomposición.
Para entender
la gravedad del problema basta decir que la O.N.U. declaró en 2017 que había hasta 51.000 millones de partículas microplásticas en el mar, 500 veces más que
el número de estrellas de nuestra galaxia.
La situación es insostenible. Más del 80% de la basura marina son plásticos. Y es que una vez que llega a la naturaleza su descomposición es extremadamente lenta, lo que produce su acumulación en mares, océanos, playas... Miles de animales lo ingieren y acaban muriendo o añadiéndolo a la cadena trófica y finalmente llegando a nuestros platos. Tortugas, aves, focas, ballenas... ningún animal marino se libra de los plásticos.
La Unión Europea ha prohibido para 2021 los siguientes productos: cubiertos de plástico (tenedores, cuchillos, cucharas y palillos), platos de plástico, pajitas de plástico, bastoncillos de algodón hechos de plástico, palos de plástico para globos, envases de plástico oxodegradables, utensilios de poliestireno expandido (el típico corcho blanco que protege algunos productos) y vasos de poliestireno expandido. Además el acuerdo de la U.E. prevé reforzar el principio de "quién contamina paga", obligando a las marcas productoras a pagar por la gestión de residuos y las limpiezas de varios artículos de plástico de un solo uso, como las colillas de cigarrillos y artes de pesca.
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