Durante meses de más calor (primavera y verano), en
aquellas zonas del planeta en las que la presencia de la nieve perdura todo el
año, puede producirse un curioso fenómeno conocido como watermelon snow
o nieve rosa.
La existencia de este fenómeno ha intrigado a la humanidad
desde muy antiguo. Ya el mismísimo Aristóteles citaba semejante acontecimiento
en sus tratados sobre ciencia y naturaleza.
Hoy sabemos que éste fenómeno se debe a la existencia de
una microalga llamada Chlamydomona nivalis, capaz de sobrevivir en lugares de
gran altitud (es decir, con poco oxígeno) y temperaturas muy bajas, como las
altas montañas.
Su concentración puede alcanzar varios millones de
ejemplares por centímetro de nieve. En su época de floración, producen esporas
de un color rosáceo que tiñen la nieve de rosa.
La nieve, cuando es blanca, refleja la luz del sol. Sin
embargo, cuando éstas algas tiñen la nieve de rosa, ésta pierde su capacidad de
reflectar el sol y se derrite más rápidamente, lo que favorece a las algas, que
necesitan de agua líquida para su floración.
Ciertamente es algo espectacular y muy llamativo. Sin
embargo, en los últimos años, se ha observado un aumento de éste fenómeno,
antes más limitado, al parecer debido al cambio climático, que está afectando a
todos los ecosistemas del planeta. Esto resulta un tanto preocupante, dado que
éstas algas aceleran el derretimiento del hielo y pueden llegar a afectar a
amplias zonas.
Un detalle más a tener en cuenta para concienciarnos y poner
todos nuestro granito de arena en la lucha contra la contaminación y el
calentamiento global.
Muy interesante.
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