El aceite usado de cocina no debe nunca verterse por el
fregadero ya que es altamente contaminante. Un solo litro de aceite puede
llegar a contaminar 1.000 litros de agua.
Esto
ocurre porque el aceite crea una capa fina en la superficie del agua, que impide
su oxigenación, causando la destrucción de la flora y la fauna.
Para
desechar correctamente el aceite usado puedes ir guardándolo en botellas de
plástico y depositarlo en los contenedores naranjas situados en c/ Gran Vía
(frente al Mercadona), en c/ Melchor de Macanaz (junto al jardín del
tamborilero), en Avda Libertad 119 o dejarlas en el patio del edificio Matilde
Izquierdo en el punto de recogida (entrada por la calle Naranjos).
Otra
buena opción es aprovecharlo para fabricar tu propio jabón casero. Para aquellos que no hayáis hecho nunca
jabón, es más fácil hacerlo en frío.
Para
ello vas a necesitar:
Guantes,
delantal, gafas protectoras y es recomendable el uso de mascarilla.
Un
recipiente grande de acero inoxidable o plástico resistente a las altas
temperaturas.
Un
palo de madera o plástico para remover.
Un
termómetro (recomendable).
Moldes
de madera, cartón fuerte, plástico... (puedes usar tapers viejos que tengas por
casa). No hace falta que sean moldes pequeños, si usas uno grande luego puedes
cortar el jabón en trozos más pequeños.
Ingredientes:
1
litro de aceite usado de cocina.
138
gramos de sosa caústica.
380
mililitros de agua destilada (puedes también recoger agua de lluvia, o usar
agua del grifo, dejándola reposar un día para que se evapore el cloro).
Proceso:
Hay
que trabajar en un lugar bien ventilado.
Comenzamos
echando el agua en el recipiente. Nos protegemos bien con los guantes, gafas,
delantal y mascarilla y vamos vertiendo lentamente la sosa cáustica en el agua
removiendo despacio hasta que se disuelva bien. Se producirá una reacción
química por la que el agua empieza a calentarse hasta llegar a los 80 ºC.
Dejamos enfriar hasta que quede a temperatura ambiente. Con la ayuda de un
embudo echaremos la mezcla en una botella de plástico.
Hay
que tener mucho cuidado porque la sosa cáustica es muy corrosiva y no debe
entrar en contacto con la piel ni con las mucosas. Debemos procurar no respirar
los gases. Y NUNCA HACER EL PROCESO AL REVÉS (AÑADIR EL AGUA A LA SOSA) ya que
producirá una reacción violenta.
La
mezcla de sosa y agua y el aceite deben estar a la misma temperatura para
poder, a su vez, mezclarlos. Podemos asegurarnos usando un termómetro (que no
sea de mercurio). No debe haber una diferencia de más de 5 grados entre el
aceite y la mezcla de agua y sosa. Si es necesario podemos calentar un poco el
aceite.
Colamos
el aceite para quitarle impurezas y lo vertemos en el recipiente grande. Se
añade lentamente la mezcla de agua y sosa,
removiendo constantemente siempre en la misma dirección. Tendremos que
remover durante unos 20 minutos, hasta que la mezcla final tenga la
consistencia como de mayonesa.
Se vierte esta mezcla final en los moldes y lo tapamos con
plástico film. A
los 3 días lo sacamos del molde (con los guantes puestos) y lo
envolvemos en una toalla, dejándolo en un lugar ventilado para que termine de
secar. Le puedes dar la vuelta cada pocos días para facilitar el secado. A los
dos meses estará listo para usar.
Este es el método más sencillo para fabricar jabón duro casero.
Si quieres dar un paso más y hacer jabones aromáticos, de colores o con
propiedades específicas te animamos a que busques más recetas en Internet. Hay
también numerosos videos explicativos en YouTube.
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