El agua que bebemos procede del río Mundo, concretamente de una zona que se conoce como el Azud de Liétor. Desde allí es canalizada 30 Km hasta la Estación de tratamiento de agua potable, donde se realizan los tratamientos necesarios para conseguir que sea apta para consumo.
Una vez potabilizada el agua, es bombeada hasta los diferentes depósitos de almacenaje y desde allí, distribuida a la población para su consumo. Después de su uso se considera agua residual.
Las aguas residuales se tratan en la Estación Depuradora de Aguas Residuales consiguiéndose así que sea apta para riego, cerrando de esta forma el ciclo integral del agua.
¿En qué gastamos el agua?
El sector agrícola es el mayor consumidor de agua con el 65%, debido al aumento de la superficie irrigada en el mundo. Le siguen el sector industrial que requiere del 25% y el consumo doméstico, comercial y de otros servicios urbanos municipales que requieren el 10%.
En la comarca Campos de Hellín, la tasa de consumo es de 167 litros por habitante y día, repartida entre usos domésticos, industriales y recreativos.
El agua es el elemento más abundante de la Tierra y, sin embargo escasea en muchos lugares. Da la vida y, en ocasiones, la quita. Une y separa. No le concedemos valor pero su falta paraliza nuestra vida.
No debemos olvidar, que el agua dulce accesible directamente por el hombre supone sólo el 0,003% del agua terrestre, lo que hace que en ocasiones su uso plantee complejos problemas. Las actividades humanas provocan la escasez de agua de tres maneras: el crecimiento de la población, la utilización errónea y la falta de equidad en su acceso.
En el último siglo la población mundial se ha triplicado mientras que el consumo de agua se ha sextuplicado. El coste ya lo estamos pagando: la mitad de los humedales han desaparecido, algunos ríos no llegan al mar y la población urbana, la agricultura y la industria compiten por el mismo agua, cada vez más contaminada.
Aunque en nuestro país estas cifras puedan parecer muy lejanas, 2400 millones de personas carecen de saneamiento adecuado (ducha, lavabo, ...) y más de 1.100 millones de personas no tienen acceso a fuentes seguras de agua potable (equivalente a la población de China). Mientras, en los países ricos, regamos los campos de golf, cuyo consumo anual equivale a una ciudad de 100.000 habitantes.
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