Tener un perro es una gran alegría. Es el primero que te saluda al llegar a casa, le
encanta jugar contigo y está dispuesto a todo con tal de que le regales una caricia.
Si le llevas al veterinario, le das comida y bebida suficiente, y juegas con él.. ¿lo estás haciendo bien? Comprueba si realizas alguna de las siguientes malas prácticas.
Mala práctica: No educar.
Nuestro perro nos da tanto cariño y nos hace tanta compañía que se convierte rápidamente en uno más de la familia y terminamos confundiéndolo con un ser humano.
Es un error muy común que puede llegar a suponer un problema. Los perros se comportan en función de lo que sus dueños les han enseñado o le permiten: ni más ni menos. Y por más que nos empeñemos el perro no entiende el español. Tu perro no razona, pero sí puede entender qué le está permitido hacer y qué no, y para eso tú tienes que ponerle los límites. Tú eres su dueño y como tal debes comportarte.
Si tu perro ladra a otros perros, si ladra por las noches molestando a los vecinos, si sale corriendo y no acude a tu llamada, si tiene tendencia a morder.... es tu responsabilidad corregir estas conductas. La convivencia mejorará entre vosotros y con vuestros vecinos. Acude a tu veterinario si necesitas consejo.
Mala práctica: dejarlo suelto.
Una práctica habitual en nuestro municipio es dejar salir al perro por la mañana, para que deambule libremente por el barrio, y llamarlo a la hora de comer.
De esta forma se han perdido muchos perros o han resultado atropellados.
Puede ser que coma cualquier cosa que se encuentre en la calle y se ponga enfermo.
Otro problema es que ataque, ladre o gruña a las personas que transitan por la calle, que no tienen por qué verse molestadas por tu mascota. O incluso que se enzarce en peleas con otros perros.
Ten en cuenta también que cualquier perro que no vaya acompañado de una persona que pueda demostrar su custodia o propiedad se considera abandonado y puede ser llevado a la perrera municipal.
Otra práctica habitual es sacarlo a pasear sin correa, sobre todo, los perros pequeños, que da lugar a los mismos problemas.
Estas dos costumbres suponen también que el dueño del perro no se entera (ni le importa) dónde hace el perro sus cacas, y por lo tanto, no las recoge.
Esto lleva a comentar la tercera Mala práctica: No recoger las cacas.
¿Es tu responsabilidad? Todos sabemos que la respuesta es que SI. ¿Por qué, sabiéndolo, no lo hacemos?
Lo más curioso, es que a todo el mundo le molesta que las calles no estén limpias, o pisar una caca sin darse cuenta, incluso a aquellos que son los causantes del problema.
Nos encontramos con que algunos esgrimen el siguiente argumento: “para eso están los barrenderos”, “yo pago mis impuestos”. ¿Eso que quiere decir? Pues muy sencillo: que pretendo que un problema que estoy causando yo, lo solucione otro.
El hecho de pagar impuestos no exime de las obligaciones, tampoco da derecho a ignorar las normas de convivencia básicas.
Nadie te obliga a tener perro, es tu decisión. Si no quieres recoger cacas de la calle es tan sencillo como no tener perro. No existe ningún argumento para defender esta actitud.
Evitando estas Malas prácticas beneficias a tu mascota, a tus vecinos y a ti mismo.
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