Las palomas se caracterizan por ser animales perfectamente adaptados a vivir en un entorno urbano, donde son capaces de encontrar fácilmente comida, agua y lugares que les pueden servir de refugio para anidar, reproducirse y protegerse de las condiciones climatológicas desfavorables.
Esta capacidad de adaptación, unida a la falta de depredadores naturales ha hecho que prolifere en gran medida en muchas ciudades.
Al igual que las palomas, otras aves se han adaptado al entorno urbano, tales como los estorninos, los gorriones o las tórtolas.
El problema para una coexistencia saludable surge cuando el número de aves que pueblan nuestras ciudades se descontrola, produciendo molestias puntuales (daños en balcones o terrazas, ruidos, heces), riesgos sanitarios por las distintas enfermedades de las que pueden ser portadoras y daños en edificios, monumentos y parques.
El control de la población de aves en una ciudad se hace muy difícil sin la colaboración de todos los vecinos. Para ello solo deberemos seguir unas sencillas normas:
- No alimentarlas ni de modo expreso, ni de forma indirecta acumulando residuos alimentarios en terrazas, balcones o vía pública, incluyendo los parques. Si tienes perro o gato, no le pongas la comida en la terraza, o bien retira el plato con los restos de comida en cuanto haya terminado de comer.
- Evitar la existencia de zonas encharcadas sobre todo en patios y jardines, que puedan ser foco de atracción para las palomas (baño).
- Evitar las posibilidades de refugio y anidación de las palomas en los inmuebles. Para ello es necesario proceder a aislar o sellar (por ejemplo con malla metálica) todas aquellas oquedades que se detecten en el edificio (huecos medianeros, ventilación de cámaras de aire, bajo cubiertas, etc)
Entre las medidas de protección de la edificación que se pueden adoptar para controlar la población de palomas se pueden citar: pinchos, alambres, mallas, geles, cintas reflectantes, globos de aves depredadoras, repelentes químicos, señuelos, sistemas laser, cetrería, cañones de ruido, canastillos para captura, aspersores, siluetas, etc... Todas ellas encaminadas a evitar que las palomas se posen y aniden en el edificio.
Estas medidas de protección son responsabilidad de cada comunidad de vecinos, que está obligada según la LOTAU a mantener el edificio en las condiciones adecuadas de seguridad, salubridad, ornato público y decoro.
Para llevarlas a cabo existen numerosas empresas especializadas, que normalmente realizan un estudio previo de las condiciones del edificio y asesoran sobre las medidas más efectivas a adoptar en cada caso concreto.
Todo lo que pasa en una ciudad es responsabilidad de sus vecinos: ¡Actúa!
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